Es 4 y es apenas abril. Seguís acá, pulso de nuestras batallas callejeras, pulmón de la escuela que construimos entre los escombros. Y aunque no haya justicia -pero ni un poco, che- juzgamos tu nombre pronunciado en cada patio, en cada pizarrón, en cada aula, en cada marcha, en cada pancarta, una victoria.
Te hacemos acá, entre nosotrxs. En esa pausa de aire que hay entre sílaba y sílaba mientras lxs niñxs le van descubriendo los misterios al alfabeto, en cada estudiante que toma la palabra como barrilete, en cada compañerx que se organiza bien de abajo y distingue entonces que la pelea no es por uno o por una, sino por todxs y por todo, y que no hay descanso ni atajos.
Es 4 de abril y todavía resta mucho calendario para seguir peleando. Pero acá andás, con el color del amancay, con la calma del gran lago.
Es 4 del 4 y te tenemos pendientes unos cuantos soles detrás las montañas pariendo un mundo para aquellxs que tienen todas las ausencias, te debemos un salario igual a la canasta básica, una escuela linda linda.
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