il. Fita Frattini, del libro "Quiero ser un dinosaurio" (2018)
“La metáfora
es la transferencia del nombre de una cosa a otra”, dijo Aristóteles. Y en
segundo grado, nos esforzamos mucho por comprender realmente cómo funciona
esto. Es tan complejo, que me daría gusto tirar la currícula por la ventana
para dedicarnos no más que a la poesía. En nuestros intentos, ya tuvimos
algunos logros. Por ejemplo, Nicolás dice que un kiwi es un “león verde” y Norma sabe que los delantales son “nubes”. Pero hay
quienes no se dejan tentar por el recurso, y es en ellxs donde prevalece la
expresión, el contenido; una idea que necesariamente deben poner en palabras
sin mucha pirueta. A Oliver le importaba menos la búsqueda de una metáfora para
su palabra favorita (“dinosaurio”, ¿cuál otra?) que encontrar un canal para
decir. En ese camino, nos dejó estos dos versos:
¡CÓMO QUISIERA SER COMO TÚ!”
(ADVERTENCIA para el comité constructivista
revolucionario:
en la presente anécdota se puede dar a entender que el
docente les lee la Poética de Aristóteles a los niños de segundo grado,
llegando al punto más alto de su imprudencia, y que además les pide metáforas
como quien compra caramelos media hora en el kiosco... Bajen las armas. Este
docente aun no les pide metáforas como caramelos)
11/11/12
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